Entre tanto, la consigna en la empresa es guardar un sepulcral silencio en torno a un asunto que se les ha ido de las manos. Y seguir haciendo caja, claro.
Reacciones en los banquillos:
-El País: “Fallo de cálculo” de Loewe
-Marketing Directo: “Estamos esperando a que Loewe diga “era todo una broma””
-Javi Guerrero: “Un tiro en el pie”
Me pregunto cuántos de los que han
ridiculizado a la marca y a su publicidad eran realmente target potencial de
sus productos. Apostaría a que muy poquitos. Y me pregunto que habrán pensado
de la campaña aquellos que sí lo son al ver a gente a la que admiran hablar
como ellos, pensar como ellos, hacer lo que ellos hacen...
Pero las opiniones valen poco en el mundo de
la economía, lo que valen son los datos y si esta campaña ha sido positiva hay
que demostrarlo, no vale decir "han conseguido que se hable de ellos"
pues a día de hoy estoy seguro que Loewe seguirán forrándose pero no me creo
que la imagen "Pijos elitistas con pocas luces" que han provocado
entre las nuevas generaciones sea lo que buscaran.
Si
en la actualidad, las marcas aspiran a ser mucho más que la identidad del
producto y el verdadero reto está en convertir a la marca en proveedora de
experiencias para sus consumidores, más allá del producto o servicio que
represente y, si el marketing debe ser enfocado como una conversación, una
comunicación interactiva que haga posible nuevos escenarios de experiencias
¿esta era la experiencia que quería transmitir Loewe? ¿ahora su filosofía aparente
es que más vale lo fashion-llamativo que la calidad? Y, si la confianza
es el mayor valor que puede alcanzar una marca ¿ellos están convencidos de que
este anuncio se la dará?
Creo que esta campaña será
analizada como ejemplo de "Lo que no debe hacerse" en el mundo social
media y publicidad viral. El tiempo lo dirá, aunque, desde luego, me gustaría saber que piensan de la campaña
los que sí se están comprando los bolsos.
